14.7.05

Elegía del ambiente laboral

A todos nos ha pasado, o todos hemos soñado con que nos pase. Se tiene ahí. Se asume. Se tiene de fondo, de hilo musical, de papel pintado. Se aprecia, se quiere, se valora, pero no se llega a comprender realmente su existencia, como el hombre con su dios.

Y llega el momento en el que tu correa de transmisión se rompe, te sales del eje y tumbado en el suelo puedes ver por fin el mecanismo de tu vida desde fuera. Comprendes que has transpasado una frontera que no deberías haber ni rozado, que te has acostado con una clienta que encima es una persona que a ella le cae bien y que esta clienta te ha utilizado -o no, porque ni siquiera puedes afirmar si Teresa piensa que eres tú el que lo ha hecho, o siquiera si piensa en tí. De que posiblemente te hayas enamorado y que por eso hayas caído, así, de bruces. Y cuando te encuentras en plena crisis, soltando espumarajos sobre los egoístas que te rodean y lo poco que te entienden, ella está ahí: triste, y tú no has hecho nada para ayudarla. Incluso has ayudado a entristecerla con tus devenires, con tu sonrisa muerta, con tu violación de la armonía. Desde el suelo la ves, mirando ángulos rectos con los párpados entrecerrados. Y el egoísta eres tú.

Y el fondo se transforma en primer plano, el hilo musical en sinfonía, el papel pintado en lienzo de óleo. Y tú, que te quejabas de que nadie te demostraba que te quería, compruebas desesperadamente que tampoco se lo has demostrado a ella. Que nunca le has dicho que es la única persona que te ha tratado bien en los últimos años. Que es la mejor amiga con la que hayas podido soñar, que tu imaginación no tenía ni siquiera material para poder dibujarla. Que no es imprescindible para tí, porque a estas alturas sólo el aire el agua lo son, pero que tu vida sería monocromo sin ella. Que todo lo que le achacas a esos espectros ególatras que supuestamente te atormentan a ella no puedes ni nombrárselo sin sentirte falso, porque en nada se corresponden.

Que la quieres y que, desde el suelo, aún la ves.

Fin del primer capítulo